Suele
pasar que cuando no coges el paraguas es el día que llueve ¿verdad ? Pues
sí, eso me ha pasado hoy. Llevaba el bolso lleno con mis apuntes de la academia
y he sacado el paraguas (he decidido sacrificarlo porque no lo estaba
utilizando).
Nada
más salir de casa me he dado cuenta de que había sido una muy mala idea. Pero no
había vuelta atrás.
Era
raro que lleváramos días sin llover, así que ya tocaba.
La
gente está acostumbrada y por cuatro gotas no saca el paraguas. Yo no logro
estar a gusto intentando ver a través de ese « chiribiri » continuo y
molesto.
Vista desde un café |
En
Valencia cuando caen dos gotas la ciudad se paraliza, el tráfico se atasca y
todo es un caos. Aquí no, podríamos decir que sucede eso cuando nieva, pero no
cuando llueve.
La ciudad parece más triste con la lluvia |
Tendré
que ir haciéndome a la idea. Es raro ver cómo estos días en Valencia hace más
de veinte grados y la gente va a la playa. Con gusto cambiaría el tiempo de
aquí por el de allá.
El mercado de Place de Monge |
Pleut et c'est ennuyeux!
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